Proclamación de independencia
E
l 12 de julio de 1821 fue un día
memorable para los limeños, porque marcó la entrada del general
José de San Martín a la capital del
virreinato peruano. En el relato de Basil
Hall, oficial de la marina inglesa, se hace
evidente el intento de San Martín por pasar desapercibido ante una población a
la cual intentaba atraer con su sencillez
y espíritu republicano. Antes de ocupar
el Palacio de Gobierno, el vencedor de
Chacabuco y Maipú se hospedó en el
cuartel general del ejército expedicionario,
afuera de las murallas de la ciudad, sobre el
camino del Callao. Ahí fueron a presentar
sus respetos personas de toda condición
social. Hall anota que vio padres con sus
niños en brazos visitando al militar para
agradecerle su esfuerzo de liberar al Perú
del yugo colonial. El oficial inglés también
dio cuenta en su crónica de la existencia
de una avanzada patriota de montoneros.
“Hombres agrestes, de apariencia audaz”,
vestidos con gorros cónicos de cuero y
capas de tela de frazada, mostrando el “bellísimo ideal del guerrillero” que era
parte del espíritu libertario, así como de la
vanguardia armada del general San Martín.
La independencia del Perú debe ser
entendida como un proceso que tiene
un antecedente cercano en la Revolución
del Cusco (1814), y donde la proclamación
del 28 de julio en Lima no es más que
una parada en un largo camino hacia
la emancipación. Nada menos que un
ritual —posterior a la aprobación del acta
independentista por el cabildo del 15 de
julio— indispensable en la consecución
de una libertad que se consolidó en
Ayacucho (1824). Debido a que San Martín
y sus aliados peruanos entendieron que
los ideales patrióticos debían ritualizarse,
fueron programadas una serie de
ceremonias para la declaración oficial de
la independencia en la sede de la capital
virreinal. Algunos de los testigos del
magno evento —entre los que destacan
miembros de la nobleza, del ayuntamiento,
de la academia y de la corporación militar,
además del “pueblo” expectante—
señalaron que las tropas se formaron en la
plaza Mayor, en cuyo centro se ubicó un
tabladillo. Fue en ese escenario donde
San Martín desplegó por primera vez la
bandera bicolor haciendo resonar sus
palabras en la hermosa plaza: “Desde este
momento el Perú es libre e independiente
por la voluntad general de los pueblos
y por la justicia de su causa que Dios
defiende”. Batiendo la bandera peruana
y en medio del repique de las campanas
de la catedral de Lima, el futuro Protector
culminó su arenga con estas palabras: “Viva
la independencia! ¡Viva la libertad! ¡Viva la
patria!”, las mismas que fueron repetidas
al unísono por una multitud enfervorizada.
Símbolo patrio
La humanidad ha vivido siempre protegiéndose mediante símbolos. Los hay buenos y
malos, merecen unos el respeto y otros la sospecha. La Cruz es un símbolo de fe y amor
La bandera
La Constitución española de 1978, describe la bandera en su artículo 4.1.:
«… formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla, roja, siendo la amarilla de
doble anchura que cada una de las rojas.»
La Bandera Nacional, está regulada asimismo por una serie de Leyes y Decretos:
— Las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, que reconocen la Bandera de España como acreedora del máximo respeto « …como símbolo de la Patria y su unidad.»
— El Real Decreto 1.511/1977 de fecha 21 de enero, sobre el Reglamento de banderas,
insignias y distintivos, en el que se establece su descripción, medidas, confección,
usos y tamaños.
— La Ley 39/1981 de fecha 28 de octubre, que regula el uso de la Bandera Nacional y
en su artículo 1 dice: «La Bandera de España simboliza la nación, es signo de soberanía, independencia, unidad e integridad de la Patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución.»
Como antecedentes históricos de la bandera citaré que como consecuencia de la igualdad de banderas en el Pabellón de las embarcaciones de guerra
El Himno Nacional
El origen de nuestro Himno Nacional está en la marcha granadera, de autor desconocido, que aparece recogida en 1761 en el Libro de Ordenanza de los toques militares de la
Infantería española. El Rey Carlos III la declaró Marcha de Honor, el 3 de septiembre de
1770, aunque fue la costumbre y el arraigo popular las que erigieron esta composición
en Himno Nacional.
Escudo Nacional
La independencia del Perú requería de símbolos que reemplazaran
a los emblemas españoles y representaran a la nueva nación.
Por ello, don José de San Martín creó una bandera y un escudo
nacional provisionales. De acuerdo a la historia Natalia Majluf
(2014), conseguida la independecia, la ciudadanía determinaría
los diseños finales pues, como el Libertador indicó, los emblemas
debían nacer del pueblo. Sin Sin embargo, la historiadora indica
que diseñar el escudo nacional fue una tarea compleja en el
Perú porque según señaló José Gregorio Paredes, presidente del
Congreso Constituyente de 1825, los nuevos ciudadanos estaban
“unidos por localidad, pero separados inmensamente por la enorme
[sic] distancia de origen y condiciones”. Es decir, existían grandes
diferencias sociales, económicas y culturales entre la población.
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